¿Benefician los inmigrantes a la vida cultural de un país?
La trayectoria europea de los últimos años se ha visto marcada por diferentes situaciones: Desde crisis internas a crecimientos a diferentes velocidades, pasando por intereses diversos o relaciones complicadas entre los gobiernos de los estados miembros y con los países vecinos, además de situaciones complicadas como la próxima salida de UK de la UE a raíz del Brexit. De los múltiples temas afectados, la gestión de la política migratoria es uno de los que más controversia supone a nivel europeo. Es por ello que resulta interesante ver cómo se percibe y qué opinión tiene la sociedad europea sobre la población inmigrante en su país.
El indicador “Efecto de la población inmigrante en la vida cultural del país” del Barómetro del Observatorio Social de La Caixa y que procede de una pregunta incluida en el European Social Survey, aunque es de 2012, es una herramienta interesante para comparar la integración y la realidad migratoria en diferentes países. A la pregunta de si la vida cultural de un país se ha visto afectada o no por la inmigración, es muy curioso ver cómo se percibe en cada uno de ellos, sobre todo cuando se combinan los parámetros de edad, nivel de estudios o nivel económico de los entrevistados.
Por ejemplo, en términos generales, los países de la UE donde la percepción es más positiva serían Suecia, Islandia, Polonia, Países Bajos, España, Dinamarca y Alemania. Es interesante ver que según la edad de la población encuestada este propensión se mantiene en todos, salvo en España que la percepción positiva se iguala con la negativa si preguntamos a personas mayores de 65 años. También, si comparamos en función de la actividad económica (si la persona está ocupada, desempleada, jubilada, etc.) de los encuestados se mantiene la percepción positiva, salvo para los desempleados alemanes que lo perciben mayoritariamente como negativo.
En el otro extremo, es decir, países que consideran que la población inmigrante afecta negativamente, se encuentran estados europeos como Chipre, la República Checa, Portugal, Eslovaquia y Reino Unido. En todos ellos, la percepción mayoritaria es negativa, destacando las respuestas de Chipre y la República Checa, donde en cualquiera de los parámetros estudiados existe una posición de rechazo a las personas inmigrantes. En el resto de países, las respuestas varían en función de la combinación de los parámetros, aunque en rasgos generales, a menor edad y mayor nivel de estudios de los entrevistados, aumenta ligeramente la percepción positiva. Resulta interesante ver la respuesta de Reino Unido, donde la percepción negativa es muy amplia, pero sólo se produce por parte de la población mayor de 50 años, siendo percibida como positiva entre los jóvenes.
En todos los países analizados, se cumple la relación de que, a mayor nivel de estudios de los encuestados, mayor percepción de la población inmigrante como positiva. Como excepción a la misma estarían países no miembros de la UE como Rusia o Ucrania, pero es muy llamativo que se considere negativa esta percepción también en Chipre, República Checa, Portugal y Eslovenia.
Muchas de las políticas actuales en algunos países europeos respecto las personas refugiadas o inmigrantes tienen su origen en una falta de integración de estas comunidades o minorías, de no percibir la diversidad como un valor positivo, o por no fomentar acciones que pongan de relieve los beneficios (sociales, económicos, etc.) que pueden suponer una sociedad más tolerante e integradora.
Desde la sociedad civil, diferentes entidades trabajamos para romper prejuicios y estereotipos, incidiendo en la importancia de una adecuada integración de las personas inmigrantes en la sociedad de acogida a corto, medio y largo plazo. La diversidad también puede ser una oportunidad, y por eso desde Accem desarrollamos proyectos de Mediación Intercultural, estamos presentes en los barrios, que es donde se da la verdadera convivencia y en los que ponemos en marcha proyectos de desarrollo comunitario, y apostamos siempre por crear puentes entre diferentes culturas, con muchas experiencias positivas que muestran que la diversidad es una fuente de riqueza.
