Mujer, DIVEM, diversidad cultural

¿Por qué hablar de diversidad cultural y mujer?

A lo largo de estos dos años anteriores que llevamos desarrollando el proyecto DIVEM, nos hemos dado cuenta de que uno de los colectivos más desfavorecidos en el ámbito laboral son las mujeres.

Influyen factores como la edad,  el lugar de residencia, su origen racial o étnico, la situación administrativa o el nivel de estudios…pero todas comparten una característica común: son mujeres.

Concretamente, si hablamos de la mujer de origen extranjero, el riesgo de sufrir una doble discriminación es mayor: por el hecho de ser diversa cultural y/o étnicamente, pero también por el hecho de ser mujer, por la connotación y cargas culturales y sociales que conlleva. Hablar de diversidad de género o de diversidad cultural de manera autónoma e independiente se nos quedaba corto, porque la realidad nos muestra que no existen los compartimentos estancos. Hemos comprobado que, si no le prestamos la debida atención, este colectivo tiene más dificultades para la integración y ello hace que a la misma vez, corra el riesgo de fácilmente quedarse excluido del ámbito laboral, incrementándose así la brecha de género.

DIVEM es un proyecto de continuidad, y nuestro trabajo nos ha permitido ver que en muchas empresas la importancia de la gestión de la diversidad cultural no está suficientemente arraigada. Nuestro objetivo por tanto, es seguir concienciando y asesorando sobre el valor estratégico que la diversidad cultural aporta en la empresa y sobre la capacidad que tienen estas de generar un cambio social, haciendo especial hincapié en los colectivos que consideramos con más dificultades.

Buscamos empresas que tengan cierta sensibilidad y compromiso hacia el ámbito social, que puedan ser consideradas un referente para otras que están empezando o que quieran desarrollar políticas de gestión de la diversidad cultural, porque las buenas prácticas si se comparten, hacen que cada vez haya más #Empresasquesuman.