2021, Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible

El inicio de un nuevo año es sinónimo de nuevos retos y nuevos proyectos en los que focalizar nuestros esfuerzos. Es el momento de comenzar a planificar y establecer la hoja de ruta que nos hará conseguir nuestros propósitos, aun todavía con cierta incertidumbre derivada de la situación excepcional que vivimos por la covid-19, pero que son importantes trazar a la hora de dirigir nuestro trabajo durante los próximos doce meses.

2021 ha sido declarado por las Naciones Unidas como Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible. A través de esta declaración y reconociendo “la necesidad de promover el crecimiento económico sostenido e inclusivo, fomentar la innovación y ofrecer oportunidades, beneficios y empoderamiento para todos y el respeto de todos los derechos humanos”, en la línea de la Agenda 2030, se alienta, tanto al sector privado como a la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales, a sumarse a la celebración de este año internacional.

La gestión de la diversidad cultural como aliado

Aunque la declaración pretende ser un reconocimiento al aporte de aquellas “actividades económicas basadas en el conocimiento, la creatividad humana, el conocimiento y la tecnología, los valores culturales o el patrimonio artístico y cultural u otras expresiones creativas individuales o colectivas”, de esta se desprende la importancia de la creatividad y la innovación “para lograr un crecimiento y un desarrollo inclusivos, equitativos y sostenibles al tiempo apoya y empodera a las personas en situaciones vulnerables”.

Es innegable que las empresas que gestionan correctamente la diversidad obtienen mejores beneficios, y contribuyen a la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. En esta línea y en un contexto como el actual, en el que las empresas tienen que trabajar por la creación de productos y servicios cada vez más innovadores que les hagan más competitivas y que garanticen su sostenibilidad, apostar por la gestión de la diversidad cultural como elemento de valor a la hora de integrar dentro de la empresa diferentes miradas y perspectivas, desde un enfoque intercultural, puede convertirse en un gran aliado que ayude no solo a aumentar la creatividad e innovación empresarial, sino también a contribuir al desarrollo económico y social de forma sostenible.

Aquellas empresas que contemplen en sus agendas, como valor estratégico, la creación de entornos laborales culturalmente diversos e inclusivos estarán, por tanto, contribuyendo a la consecución de los ODS y a las metas y propósitos que desde la Asamblea de las Naciones Unidas pretenden conseguir con este tipo de reconocimientos y celebraciones internacionales como parte de su estrategia a la hora de promover valores a favor de las personas, el planeta, la prosperidad y la justicia social.

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