Avanzar en la reducción de las desigualdades en el empleo, un reto pendiente

La semana pasada se hizo público el Informe de la EPA correspondiente al tercer trimestre de 2021. La principal finalidad de este informe es obtener datos de la población en relación con el mercado de trabajo: ocupados, activos, parados e inactivos.

Los datos que se desprenden del informe son, en términos generales, positivos y muestran una recuperación del mercado laboral en la mayoría de los indicadores analizados: descenso del paro, aumento de la ocupación y de las jornadas de trabajo, etc. Aun así, pese a estos esperanzadores avances, vemos como todavía se mantienen ciertas desigualdades vinculadas a variables como el sexo y al origen. Una desigualdades que hacen necesario seguir trabajando en la implementación de medidas y acciones que permitan reducirlas y alcanzar una verdadera igualdad de oportunidades en el acceso, mantenimiento y promoción en el empleo.

Según este informe, la tasa de paro de nuestro país se sitúa en el 14, 57 %. Como ya es habitual, si desagregamos los datos por sexo y nacionalidad vemos como esta tasa varía y aumenta en el caso de las mujeres (16, 36 %) y personas de origen extranjero (21,74 %). Variables de género y origen que, cuando se juntan –como es el caso de las mujeres migrantes–, puede alcanzar el 25,98 % para aquellas no pertenecientes a países de la UE.

Diferencias que también se pueden observar cuando analizamos los sectores que han sufrido mayor desempleo en este último trimestre. Servicios, agricultura y construcción, que engloban el 90,95% de las contrataciones de personas extranjeras, han sido los más perjudicados en cuanto a destrucción de empleo se refiere.

Otro aspecto que nos da muestras de las desigualdades todavía hoy existentes en el mercado de trabajo son los datos referidos a la parcialidad de los contratos. A pesar de que el porcentaje de personas contratadas a tiempo parcial sigue bajando frente a las contrataciones a jornada completa, vemos cómo continúan siendo las mujeres las que todavía sufren una mayor parcialidad de los contratos respecto a los hombres. El 74,4% de los contratos a tiempo parcial son de mujeres.

Por tanto, todos estos datos continúan visibilizando la necesidad de seguir estableciendo compromisos y trabajando por la creación de acciones que posibiliten reducir estas desigualdades garantizando no solo el acceso al empleo de aquellos colectivos más vulnerables como son, por ejemplo, las personas migrantes sino también la mejora en las condiciones del empleo y la reducción de ciertas brechas todavía hoy presentes.

Los retos existentes a los que todavía nos enfrentamos son más que evidentes y necesitan del trabajo y alianzas no solo del sector público-privado sino de la sociedad en su conjunto si queremos avanzar en la creación de sociedades más justas y sostenibles.

En este sentido, las empresas tienen la oportunidad de aliarse con el tercer sector a la hora de liderar esta transformación social. Iniciativas como DIVEM permiten implementar acciones que contribuyen en la generación de un impacto social positivo integrando, por ejemplo, en su estrategia empresarial, políticas en materia de gestión de la diversidad cultural que favorezcan la mejora de las condiciones de vida de las personas migrantes.

Únete a DIVEM, súmate a las empresas socialmente responsables y conoce cómo contribuir desde la empresa a la reducción de las desigualdades en el empleo.