DIVEM, TIME, diversidad cultural

La diversidad cultural llena la lista de las personas más influyentes de 2019

Recientemente la revista TIME ha publicado la lista de las 100 personas más influyentes de 2019, y este año la diversidad cultural es una de sus principales características.  

En el globalizado mundo actual, cualquier hecho lejano, por ajeno que nos pueda resultar, tiene sus efectos en nuestra cotidianeidad. Por eso es muy importante destacar el papel que ha tenido la diversidad cultural en esta lista de “personalidades influyentes”.

Comenzando por la actriz de origen asiático Sandra Oh, que encabeza la lista de los “pioneros”, se mezclan nombres que rompen con los estereotipos y patrones tradicionales. Personas como Arundhati Katju y  Menaka Guruswamy, referentes del movimiento LGTBQ en la India, el cómico Hasan Minhajmuy recomendable este momento sobre sus problemas a la hora de que la gente pronunciase su apellido– la tenista Naomi Osaka o la empresaria de éxito Ailen Lee, fundadora de Cowboy Ventures. En el apartado de “Artistas” también se mezclan nombres como la actriz mexicana Yalitza Aparicio, la pintora venezolana Luchita Hurtado, el oscarizado actor Rami Malek o el cantante y compositor Khalid.

La lista de personalidades influyentes continua con diferentes categorías, reconociendo a personas como al futbolista Mohamed Salah, a la atleta Caster Semenya, al presidente de Sudáfrica Cyril Ramaphosa, el empresario indio Mukesh Ambani o la yemení defensora de los Derechos Humanos Radhya Almutawakel, entre otras muchas.

¿Qué importancia tiene esto? En el panorama internacional ya no existe una hegemonía cultural o étnica, sino que cada vez más la diversidad cultural es la norma. Mujeres y hombres que son considerados referentes a nivel mundial por su trabajo, su formación o experiencia o por el puesto que desempeñan, con independencia de su cultura u origen.

Esta lista no es sino el reflejo de una sociedad plural y diversa, donde conviven millones de personas con diferentes culturas, orígenes o creencias. Ese es su valor, el hecho de normalizar el que una persona de piel negra, de una minoría étnica, con rasgos asiáticos o con un apellido extraño (para los parámetros occidentales) sea un referente mundial en el que millones de personas pueden verse reflejadas.

La importancia radica en darle valor a las personas por encima de cualquier otra característica. Es en esta gestión de la diversidad donde está el valor y potencial que la sociedad – y las empresas – deben saber aprovechar.