Diversidad cultural: una oportunidad de crecimiento económico y social

Recientemente se ha publicado el informe anual del Defensor del Pueblo, en el que, en su volumen II, se presenta el estudio La contribución de la inmigración a la economía española.

El informe lanza un mensaje en el que se contempla la inmigración en su vertiente más positiva, alejado de aquellos prejuicios o discursos negativos a los que se ha visto en ocasiones asociada y pone el foco en el papel de la inmigración como oportunidad e incluso como necesidad, desde el punto de vista económico, contemplándola como una solución a los grandes retos económicos y demográficos a los que, como sociedad, nos enfrentamos. tales como la baja natalidad, el envejecimiento de la población y el mantenimiento de las pensiones y del Estado de Bienestar tal y como lo conocemos.

Durante el estudio se refuerza la idea de que el crecimiento económico de nuestro país está plenamente condicionado a la llegada de inmigración y hace hincapié, a través de una serie de recomendaciones, en la necesidad de trabajar y actualizar un marco legislativo en materia de extranjería capaz de dar respuestas más ágiles y flexibles a la realidad socioeconómica actual y que mejoren, a su vez, las condiciones de acceso al mercado laboral de las personas extranjeras.

Tanto la publicación, como las conclusiones que aporta el estudio, reflejan algunos de los aspectos, que ya hemos ido recogiendo en otras publicaciones en esta web, vinculados a la necesidad de mejorar la normativa en relación a procesos de homologación o la contratación de las personas migrantes que, en muchos casos, ven obstaculizada su inserción en el mercado laboral en igualdad de condiciones, sobre todo en el caso de los jóvenes extranjeros.

En este contexto, no hay duda de que la inmigración es clave como una de las soluciones para aumentar la población en edad de trabajar y poder seguir manteniendo nuestro sistema tal y como lo conocemos. El fenómeno migratorio es un motor de crecimiento que nos permite obtener beneficios económicos y sociales construyendo sociedades más justas y sostenibles que den oportunidades a todas las personas, sin distinción de origen o etnia y valorando sus capacidades, competencias y experiencias como un valor que nos aporta a todos.

Por tanto, más allá de los beneficios que se describen en el informe, y de la contribución de la inmigración a un mayor dinamismo económico del país, es importante incidir en los beneficios que, como sociedad, nos aporta integrar a personas de diferentes nacionalidades, culturas y experiencias. No podemos negar que vivimos en una sociedad diversa e intercultural y esas diferencias culturales, que configuran nuestra sociedad, debemos contemplarlas como oportunidades para aprender, crecer y enfrentarnos a los problemas desde otras perspectivas, aportando riqueza y crecimiento económico y social al país.

El estudio afirma que, en estos momentos, los trabajadores extranjeros en nuestro país suponen el 15 % del empleo actual, aportando al mercado laboral casi 3 millones de trabajadores. Las empresas, como principal motor generador de riqueza en nuestro país y receptoras de todo este talento, son claves a la hora de hacer frente al reto de integrar y gestionar de forma responsable esa diversidad y poder extraer todo su potencial y beneficios. Integrar una estrategia de diversidad e inclusión de las empresas es una palanca de transformación hacia una cultura inclusiva basada en los valores sociales, el respeto y la igualdad, capaz no solo de generar beneficios y crecimiento económico para las empresas sino también el progreso social y económico de las sociedades y del entorno en el que operan promoviendo la sociedades más justas, cohesionadas e igualitarias.

Informe anual del Defensor del Pueblo