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Los intangibles de las empresas

Muchas ocasiones, cuando contactamos con una empresa o le explicamos en qué consiste DIVEM, nos comentan que la diversidad no va con ellos, que es algo en lo que ellos no tienen ningún problema. Puede ser perfectamente cierto, pues tener o no diversidad en la empresa no es, ni tiene que ver, con tener conflictos o problemas. Sin embargo, gestionar o no la diversidad puede ser el aspecto que marque la diferencia, lo que haga que la empresa sea capaz de obtener una ventaja competitiva en el mercado. Un intangible, un aspecto que muchas veces no se puede valorar con cifras, pero que cuando existe en la empresa, se percibe claramente. ¿A qué nos referimos con esto?

La diversidad forma parte de nuestra sociedad, es algo inherente a la misma, y de una manera u otra es una realidad que nos afecta. Los últimos datos nos muestran que 1 de cada 10 personas en España es extranjera, pero ¿tienen en cuenta esta realidad las empresas? Cuando valoran la diversidad cultural y la ponen en valor, están gestionando un recurso que les puede abrir muchas puertas y mercados, pero si no lo hacen, están perdiendo 1 de cada 10 clientes.

La diversidad cultural no está solo en los potenciales clientes y mercados a los que dirigirnos como empresas, sino en el contexto donde se sitúa la empresa, en los proveedores e incluso en la misma empresa. Las plantillas que apuestan por poner en valor esa diversidad salen fortalecidas, porque los y las trabajadoras se sienten más vinculados con la empresa y sus valores, y rinden más y mejor.

La gestión de la diversidad también repercute en una mejora del ambiente de trabajo, en la imagen corporativa y, en definitiva, en los intangibles de la empresa.