La igualdad salarial, una asignatura pendiente para las mujeres de origen extranjero

El 17 de septiembre se ha celebrado el Día Internacional de la Igualdad Salarial, día proclamado por la ONU para representar los esfuerzos constantes por conseguir la igualdad salarial por un trabajo de igual valor, el compromiso con los Derechos Humanos y contra todas las formas de discriminación, incluida la discriminación contra las mujeres y las niñas.

No hay duda de que los avances en esta materia en los últimos años han sido notorios y, tanto a nivel social como por parte de las administraciones y el sector privado, se han puesto en marcha acciones y medidas que están permitiendo cerrar, poco a poco, estas desigualdades de género.

Aun así, según la última Encuesta Anual de Estructura Salarial publicada el pasado junio por el Instituto Nacional de Estadística (INE), con datos de 2019, la brecha salarial entre hombres y mujeres se situó en el 19,5 %, lo que evidencia la necesidad de seguir trabajando y sembrando esfuerzos por paliar estas diferencias salariales con el objetivo de lograr una igualdad real y efectiva entre ambos sexos.

Los datos publicados también muestran que el 25,7 % de las mujeres tuvieron ingresos menores o iguales al Salario Mínimo Interprofesional, frente al 11,1 % de los hombres. Las causas de estas diferencias las podemos encontrar en aspectos tales como la mayor parcialidad de los contratos de las mujeres, los paréntesis en su carrera profesional y los sesgos de género, todavía existentes en nuestra sociedad, vinculados al papel de la mujer en el mundo de los cuidados y al hogar.

Además, si analizamos estos datos desde una perspectiva cultural o de origen, vemos, otro año más, cómo estas diferencias respecto al salario son aún mayores en el caso de las mujeres migrantes, donde se constatan desigualdades en función de las diversas nacionalidades, llegando, en el caso de las mujeres africanas, a alcanzar el 52,30 %  respecto a los hombres españoles y al 40,54 % respecto a las mujeres españolas.

Para este grupo concreto de mujeres, las causas de esta brecha, además de las mencionadas anteriormente, también estarían relacionadas con una mayor representación de este colectivo en ocupaciones no cualificadas vinculadas, en muchas ocasiones, al sector servicios, que aglutina, según el último Informe del Mercado de Trabajo de los Extranjeros, el 46,76 % de los contratos de las personas extranjeras. Actividades económicas que, según los datos publicados en la Encuesta Anual de Estructura Salarial, también son las peor retribuidas.

A pesar de que el compromiso por parte de las Administraciones es cada vez mayor en esta materia y se están poniendo en marcha medidas que pretenden corregir estas desigualdades –como por ejemplo la reciente puesta en marcha del RD 902/2020 de igualdad retributiva entre mujeres y hombres–, todos estos datos, siguen evidenciando la necesidad de seguir trabajando por reducir esta brecha, todavía tan presente en nuestra sociedad, y que en el caso de las mujeres de origen extranjero se acentúa todavía más.

Las empresas, en este sentido, tienen también un papel clave a la hora de contribuir a este objetivo y su compromiso en esta materia tiene que verse reflejado en las diferentes acciones y medidas que integran su día a día para poder alcanzar una verdadera igualdad entre hombres y mujeres que rechace toda forma de discriminación en el seno de la empresa, no dejando a nadie atrás.

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