La ‘nueva normalidad’, una oportunidad para eliminar las brechas de género en las empresas

En España las mujeres representan más de la mitad de la población total, sin embargo, a pesar de los avances en las últimas décadas, esto no se traduce en una participación equitativa y efectiva de los derechos, oportunidades y obligaciones entre géneros.

Respecto al ámbito laboral, la última Encuesta de Población Activa, referida al segundo trimestre del presente año, revela que las mujeres continúan teniendo más obstáculos a la hora de incorporarse al mercado laboral, con una tasa de paro que continúa siendo sensiblemente mayor que la de los hombres (16,72 % frente a 14,13 %).

Más gráfico es el desempleo en las mujeres de origen extranjero, que con una tasa del 27,09 %, se sitúa 4 puntos por encima de la de los hombres extranjeros y prácticamente duplica la de la población total de origen español (13,86 %).

La desigualdad de género también dificulta a las mujeres mantener una estabilidad en el empleo, especialmente ante crisis como la actual, que ha dejado sin ocupación a casi 20.000 mujeres más que hombres.

Además, en el último año, lejos de estrecharse, la brecha salarial se ha agravado, llegando a 4.915 euros (66 euros más que el año pasado) la diferencia entre el salario anual de mujeres y hombres por igual trabajo desempeñado, según el avance del último informe Brecha salarial y techo de cristal, realizado por el sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, Gestha.

Hacia una reconstrucción en igualdad de género que fortalezca a la sociedad y a las empresas

La reconstrucción, si bien no será sencilla, sí ha comenzado a notarse durante el pasado mes de julio, recuperando de golpe un 40 % del trabajo perdido desde el inicio de la pandemia. Este empuje durante la recién estrenada “nueva normalidad” es el momento no solo para reconstruir el tejido empresarial, económico y social, sino también para fortalecerlo y hacerlo más sostenible al apostar por la igualdad entre hombres y mujeres y por la diversidad cultural.

Las empresas, esenciales en esta reconstrucción, tienen la posibilidad de sumarse a esta oportunidad al integrar en igualdad de condiciones el talento y las capacidades de las mujeres –recordemos, el 51 % de la sociedad española–. Y aún más, si, como ya hemos visto, las empresas contemplan la integración de los nuevos conocimientos y sensibilidades que aporta diversidad cultural a través las mujeres inmigrantes, ese fortalecimiento permitirá una mejor sostenibilidad frente a los retos futuros que se presenten mientras se construye, al mismo tiempo, una sociedad más justa y cohesionada.