La diversidad cultural, clave para afrontar los retos del futuro postcovid-19

Cada país, cada cultura, tiene sus propias particularidades y aporta distintos saberes y diferentes maneras de afrontar las situaciones. Y unidos, todos suman para encontrar remedios a problemas en común como es la presente crisis a causa de la pandemia, cuyo aprendizaje que nos deja es que las posibles soluciones para hacer frente a la situación actual pasan, inexorablemente, por la colaboración y el trabajo conjunto global.

En este sentido, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha manifestado durante el recién celebrado Foro Político de Alto Nivel que “la humanidad no puede sobrevivir las múltiples crisis que afronta si no trabaja en conjunto y con respeto a todos los pueblos y toda la vida del planeta”.

No le falta razón: ¿afrontan las mismas problemáticas y bajo una misma perspectiva quienes han crecido a miles de kilómetros, en contextos diferentes y con experiencias vitales distintas? Evidentemente, las circunstancias socioculturales determinan la forma en que se concibe y se interpreta la realidad, y es precisamente esa diversidad cultural la que enriquece las sociedades y permite avanzar hacia el futuro donde una única visión no puede ir más allá.

Del mismo modo, las palabras de Guterres son perfectamente aplicables a las empresas, las cuales ya han necesitado adaptarse, o incluso reconvertirse, para satisfacer lo que la situación, las medidas sanitarias y las circunstancias económicas han exigido. Sin embargo, el futuro contexto global postcovid-19 genera aún más nuevas incertidumbres que no podemos predecir. Así, cuanto más culturalmente diversas sean las empresas, mejor podrán integrar nuevas visiones, sensibilidades y experiencias y, consecuentemente, mejor preparadas estarán para reaccionar ante las nuevas necesidades y las transformaciones que están por llegar.

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