¿Hemos sabido poner en valor los trabajos que hoy nos resultan esenciales?

La crisis sanitaria del COVID-19 nos ha puesto en jaque y ha cambiado nuestra vida tal y como la conocíamos.

A nivel de empleo, miles de empresas se han visto obligadas a iniciar un ERTE por la imposibilidad de mantener a sus trabajadores/as mientras dura la crisis. Muchas otras, han tenido que reforzar y ampliar sus plantillas al verse desbordadas debido a la gran demanda de bienes y servicios básicos provocada por esta inédita situación que estamos viviendo.

Muchos de estos servicios que, en estos momentos, consideramos imprescindibles, básicos y necesarios están relacionados con aquellos sectores denominados poco cualificados o las llamadas ocupaciones elementales. Esta crisis nos recuerda y pone sobre la mesa el poco reconocimiento social a que se da a este tipo de ocupaciones y está poniendo en valor lo fundamentales e indispensables que resultan para el mantenimiento de nuestro sistema.

Cajeros de supermercados, reponedores, personal de limpieza, transportistas, auxiliares de ayuda a domicilio y de personas dependientes, etc. son profesiones imprescindibles que sustentan día a día nuestras necesidades básicas, en muchas ocasiones de forma totalmente invisible y desapercibida. Hoy, tenemos la oportunidad de ponerlas en valor, considerarlas y cuidarlas como se merecen.

Además, en muchos casos, se trata de empleos desempeñados por un número significativo de población inmigrante, la cual, está altamente representada en este tipo de ocupaciones menos consideradas y, en muchas ocasiones, precarias. Según datos extraídos del Informe Estatal 2019 del Mercado de Trabajo de los Extranjeros, publicado por el SEPE, prácticamente el 60% de los trabajadores/as de origen extranjero desarrollan profesiones en las llamadas ocupaciones elementales y un 20% en el sector servicios.

¿Y qué trabajos son estos? Pues todos los que en estos momentos son de vital importancia durante esta alarma sanitaria que estamos viviendo: limpieza, ayuda a domicilio y cuidados, repartidores, auxiliares de caja y reposición de supermercados, etc.

Quizás, por tanto, también sea el momento de poner en valor y reconocer el aporte de cada una de estas personas migrantes a nuestra sociedad: desde las que cuidan de nuestros mayores, a las que limpian nuestros supermercados y hospitales o hacen posible que contemos con los alimentos en nuestros supermercados. En definitiva, a las que hacen posible, desempeñando día a día profesiones tan importantes, tan básicas y que quizás no hemos sabido valorar hasta que hemos tenido un situación tan difícil y complicada como la que estamos viviendo.

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