Abriendo camino en el acceso a un empleo en igualdad de oportunidades

En estos últimos días el Gobierno sigue publicando medidas vinculadas al empleo para hacer frente a la situación extraordinaria que estamos viviendo. El pasado 8 de abril, se publicaba un nuevo Real Decreto-Ley mediante el cual se han aprobado una serie de medidas urgentes, de carácter temporal, en materia de empleo agrario con el objetivo de flexibilizar y favorecer los mecanismos de contratación de trabajadores para las diferentes campañas agrarias, asegurando así el abastecimiento de producto en los mercados  así como el mantenimiento de la actividad agraria.

Entre los colectivos que podrán beneficiarse de las diferentes medidas propuestas en este RDL figuran las personas que, a fecha 8 de abril, se encuentren en situación de desempleo, personas migrantes cuyo permiso de trabajo caduque entre el 14 de marzo y el 30 de junio y jóvenes nacionales, de terceros países, de entre 18 y 21 años, que se encuentren en situación regular en España.

Estas medidas suponen, por tanto, que jóvenes que llegaron a España como menores no acompañados, y que actualmente disponen de permiso de residencia en nuestro país pero no autorización a trabajar, puedan obtener un permiso de trabajo temporal, de forma automática, por todo el tiempo de duración de la vigencia del RDL.

En situaciones normales, a estos jóvenes, para conseguir la autorización que les permite trabajar, se les exige disponer de una oferta de contrato de un año a jornada completa y con remuneración acorde al salario mínimo interprofesional. Estos requisitos, muy alejados de la realidad de nuestro mercado laboral -caracterizado por una alta temporalidad en la contratación- disminuyen y dificultan las posibilidades reales en el acceso a  un empleo dejándoles en situación de gran vulnerabilidad.

Garantizar el empleo para jóvenes migrantes, una oportunidad de futuro

Aunque todavía queda mucho por hacer, parece que, poco a poco, las dificultades que tiene este colectivo respecto al acceso a un empleo, en igualdad de condiciones al resto jóvenes nacionales, van teniéndose en cuenta. A principios de marzo conocíamos también la noticia de que la Secretaría de Estado de Migraciones dictó la instrucción 1/2020 por la que se habilita a trabajar a menores extranjeros en edad laboral, entre 16 y 18 años,  sin necesidad de ningún otro trámite administrativo.

La creación de este tipo de medidas, tan demandadas y que buscan mejorar la situación de estos jóvenes, puede suponer un avance y una oportunidad para muchos de ellos que, hasta ahora, se encontraban cerrada la puerta de acceso al mercado laboral y la imposibilidad de demostrar su valía profesional.

Jóvenes que tienen mucho que aportar, que en muchos casos han recibido formación reglada o profesional en nuestro país y que poseen toda una serie de competencias -fruto de su proceso migratorio y aprendizaje vital- que, hoy en día, en cualquier trabajo son extremadamente valiosas (emprendimiento,  capacidad de adaptación, resiliencia, asunción de riesgos, autoconfianza…).

Facilitar su incorporación al mundo laboral, en igualdad de condiciones al resto de jóvenes nacionales,  supone no solo una oportunidad que les permita desarrollarse personal y profesionalmente y conquistar por fin su autonomía sino que también, como sociedad, podamos nutrirnos y enriquecernos de todo de todo ese talento joven y diverso que nos llega.