Acabar con la LGTBIfobia en los centros de trabajo: interseccionalidad, compromiso y responsabilidad legal

El compromiso de las empresas que se alían con la diversidad LGTBI+ y cultural es algo que se ha de reflejar de forma transversal y longitudinal en el tiempo. Esto supone ir más allá del mes del Orgullo, siendo conscientes de la realidad y las múltiples barreras a las que se pueden enfrentar las personas de este colectivo en sus centros de trabajo. Con el propósito de concienciar sobre las diferentes formas de discriminación que sufren a diario, cada 17 de mayo se celebra el día mundial contra la LGTBIfobia. Su origen no es fortuito, ya que justamente el 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad mental.

En los últimos años muchas empresas han dado pasos en la lucha contra la discriminación por motivos culturales, étnicos, de orientación sexual o de identidad de género, si bien, todavía queda mucho para lograr la inclusión real y la existencia de espacios 100 % seguros. Así lo reflejan los últimos estudios de UGT de 2020 y 2023 donde se recoge que en el ámbito laboral el 75 % de personas LGTBI+ han sentido miedo a revelar su orientación o identidad, que un 40 % han sufrido algún tipo de violencia verbal por el hecho de ser LGTBI+ y que el 55 % de personas trans se han sentido rechazadas en los procesos de selección por su identidad de género. A estos datos hay que añadir la doble discriminación que encuentran las personas LGTBI+ culturalmente diversas por estereotipos por su color de piel, acento o país de origen. Además, muchas de estas personas se vieron obligadas a huir de sus países de origen para salvar sus vidas al ser considerado como delito su forma de ser o de amar , lo que les genera sentimientos de miedo y autorrepresión, y una mayor vulnerabilidad.

Este tipo de actitudes de violencia pueden generar desde una baja productividad y un escaso compromiso con la empresa, hasta problemas de salud graves como ansiedad o depresión, o incluso conducir a la baja voluntaria de la persona trabajadora.

Es importante tener en cuenta que tanto el silencio como la inacción ante comportamientos de LGTBIfobia tiene como resultado la perpetuación de los mismos, dada su impunidad. De ahí que la nueva Ley 4/2023 establezca la obligación a las empresas de más de 50 de desarrollar medidas en favor de la igualdad de las personas LGTBI, entre las que se incluye obligatoriamente un protocolo contra acoso o la violencia contra las personas del dicho colectivo.

Las empresas tienen la responsabilidad de visibilizarse y posicionarse en favor de la diversidad LGTBI+ y cultural, poniendo en marcha políticas que garanticen la no discriminación, previniendo y actuando ante estas situaciones de discriminación. La formación constante, la existencia de canales de denuncia, y contar con una cultura empresarial en favor de la diversidad, son algunos elementos clave que muchas empresas están desarrollando.

Si desde tu empresa también queréis afianzar vuestro compromiso y actuar para aliaros con la diversidad, en DIVEM podemos acompañaros implementando medidas para luchar contra la discriminación.

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