Facilitar la homologación de titulaciones a personas de origen extranjero, una solución para atraer talentos innovadores en las empresas

La interminable lista de desafíos y consecuencias que han quedado en evidencia debido a la situación desatada por la COVID19, ha resaltado muchos de los retos a los que nos enfrentamos como sociedad. Algunos de ellos nuevos, mientras que otros llevan con nosotros varias décadas. Uno de estos retos –de largo recorrido histórico– es la inclusión de personas de origen extranjero que cuentan con capacidades y conocimientos muy por encima de los trabajos que se encuentran muchas veces realizando. La sobrecualificación de personas que trabajan en España se constituye como uno de los aspectos más acuciantes, comparativamente al respecto del desempeño laboral en el resto de Europa.

De acuerdo a los datos arrojados por Eurostat, casi un 37 % de la población española con educación superior tiene más formación de la que exige su puesto de trabajo. Entre la población migrante, este problema afecta a más de la mitad de las personas que provienen del entorno de la Unión Europea y a más del 60% de origen extracomunitario. Esta situación se encuentra, en gran parte, agravada por la cantidad de personas que no pueden acceder a un trabajo cualificado debido a la demora en el proceso de homologación de su titulación profesional.

En marzo de 2021, más de 15.000 expedientes de profesionales que cursaron sus estudios universitarios en el extranjero aún aguardan su convalidación. La dificultad a la hora de homologar su titulación en el país de acogida se ha convertido en la principal barrera que las personas de origen extranjero se encuentran a la hora de acceder a puestos de trabajo acorde a su formación, capacitación y experiencia profesional. Esta situación, sumada a otras dificultades asociadas a trámites administrativos vinculados a su permiso de residencia y de trabajo, les lleva a tener que optar por puestos de trabajo de carácter más precario y por debajo de su cualificación.

A modo ejemplificador, y frente a la situación desatada por la pandemia, a comienzos de 2020 más de 10 mil títulos sanitarios se encontraban pendientes de homologación. Situación, por demás, paradójica, teniendo en cuenta la perentoria necesidad de personal debido a la emergencia sanitaria.

Frente a esta situación, la gestión de la diversidad cultural se presenta como una oportunidad a la hora de encontrar soluciones a los retos a los que, como sociedad, nos enfrentamos. Algunos factores clave para la inclusión y para fomentar la diversidad cultural en el ámbito empresarial son la competitividad del talento corporativo, la innovación y creatividad. Unas características que se encuentran muchas veces en personas migrantes sin la posibilidad de ejercer un trabajo acorde a su formación y capacidades por tener que enfrentarse tanto a estas barreras administrativas como de encontrar empresas que brinden la oportunidad de demostrar su experiencia.

Incorporar trabajadores y trabajadoras de distintas edades, orígenes, nacionalidades, etnias, culturas, capacidades… y gestionar las diversas aproximaciones y perspectivas que cada persona tiene con respecto al trabajo que desempeña, es un factor de oportunidad que impacta directamente sobre la productividad, los procesos de decisión, la habilidad para atraer y retener el talento y el rendimiento económico.

A través de DIVEM ayudamos y orientamos a las empresas a la hora de desarrollar estrategias que fomenten la gestión de este talento diverso, creando una fuente de valor que ayude a generar oportunidades de crecimiento económico a la par que permite el desarrollo inclusivo de todas las personas.

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  1. […] Fomentando programas de capacitación dirigidos a personas migrantes y refugiadas que permitan validar sus competencias de origen y acceder a puestos de mayor cualificación sin necesidad de tener su titulación homologada. […]

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