Desmontar prejuicios para impulsar la visibilidad lésbica y culturalmente diversa en el entorno profesional

Como cada año, el 26 de abril se celebra el día de la visibilidad lésbica, una fecha para reivindicar la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres lesbianas y poner en valor una de las orientaciones sexuales que, con mayor frecuencia, se suele ocultar en todos los ámbitos, y especialmente, en el mundo laboral. Según un estudio de la FELGTB (2021) un 35% de mujeres lesbianas, bisexuales y trans les resulta difícil hablar sobre su vida íntima o familiar en el lugar de trabajo.

La presencia de mujeres diversas en los entornos laborales es innegable, especialmente en aquellas compañías que deciden implementar políticas que promueven la creación de espacios seguros y apuestan por la diversidad como valor añadido. Si bien, esta mayor presencia sigue sin ser sinónimo de visibilidad. Y en este sentido, juega un papel muy importante la triple discriminación a la que se enfrentan: por un lado, el machismo por ser mujeres, por otro, la lesbofobia, y si esa mujer es racializada o migrante, se añade también el racismo como barrera, no solo para el acceso al mercado laboral, sino también para el mantenimiento en el puesto trabajo o para lograr promocionar.

Siguiendo el estudio de la FELGTB (2021) una de cada diez mujeres lesbianas se ve obligada a abandonar su puesto de trabajo por problemas relacionados con su orientación sexual. De hecho, otro estudio de CEAR (2019) recoge la discriminación de las lesbianas migrantes en el ámbito laboral por motivo de que su estética o expresión de género al no ajustarse a los roles de género de lo que supone la feminidad (llevar el pelo rapado o no identificarlas como mujeres) o a los cánones culturales (vestir con un estilo del país de origen o llevar pelo afro). Así mismo, destaca que las lesbianas racializadas, afrodescendientes o indígenas estiman que dentro de las diferentes formas de discriminación que pueden sufrir, el estigma racial es la predominante.

Avanzar, no solo en la visibilidad de las lesbianas culturalmente diversas en sus puestos de trabajo, sino también en la garantía de su bienestar y de unas condiciones igualitarias, no es una tarea individual, sino de toda la sociedad. Y en eso las organizaciones y corporaciones desempeñan un papel fundamental.

Como ejemplos de buenas prácticas que se pueden implementar de forma sencilla son la inclusión de actividades formativas en diversidad afectivo-sexual y de género con perspectiva racial que promuevan espacios seguros y acaben con los prejuicios y la presunción de heterosexualidad, o la reivindicación de fechas como esta, con una política de comunicación que se posicione a favor de la diversidad LGTBI+ y cultural. Y por supuesto, el cumplimiento de la normativa con la creación de planes de diversidad LGTBI+.

Y aunque visibilizarse como lesbiana en la empresa es una decisión personal, bien está demostrado que el hecho de contar con un ambiente de trabajo que se aprecie como un espacio seguro, ayuda a las mujeres a empoderarse y mostrarse como son. Y ello, a su vez, allana el camino a que otras mujeres se abran, al convertirse en referentes. Además, ser ellas mismas mejora su desempeño laboral, refuerza la cohesión del grupo de trabajo e incrementa el employer branding. En definitiva, favorece una mejor calidad de vida que se traduce en grandes beneficios para la empresa y la sociedad.

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Imagen: Freepik