Transparencia Corporativa: del propósito a la medición y comunicación

El valor de la transparencia empresarial más allá del cumplimiento normativo es uno de los antídotos más efectivos contra la incertidumbre y es uno de los motores principales para el propósito social empresarial. En la realidad social, económica y empresarial actual, caracterizada por el cambio constante y la incertidumbre, aquellas empresas que invierten en potenciar su valor intangible se convierten en empresas con un mayor capital reputacional y resiliencia, que se refleja en la cuenta de resultados.

Además, las empresas han de desarrollar la Responsabilidad Social como un valor estratégico que les permite alcanzar ventajas competitivas precisas, apostando por un modelo de gestión basado en hacer bien las cosas con el que se refuerza el valor del producto o servicio ofrecido.

Así, desarrollar de manera decidida el área de transparencia empresarial, ayuda a aumentar la confianza que toda la cadena de valor, incluidos clientes, stakeholders, y el propio personal depositan en la marca. Del mismo modo, tener una estrategia a medio y largo plazo que sea cuantificable y vinculada al propósito empresarial es el primer paso indispensable para el desarrollo de esta línea acción y que nos ayudará a fortalecer la cultura empresarial.

Desde el programa DIVEM acompañamos y asesoramos a las empresas en la implementación de acciones y estrategias que favorezcan y potencien la gestión de la diversidad cultural. Además, esta gestión, acompañada por la comunicación en las acciones realizadas y el reporte de lo logrado con ella, ayuda a maximizar los resultados y los beneficios. Por suerte, cada día son más aquellas que ya tienen en su haber una línea estructurada y precisa de transparencia.

Para aquellas otras, más pequeñas que aún no han iniciado este camino, identificamos aquí las acciones principales que se han de desarrollar para incorporar la transparencia como un valor inherente de la empresa y transversal a toda ella:

Comunicación Bidireccional y Escucha Activa (interna y externa)

Es importante que las personas trabajadoras, desde sus diferentes roles, puedan y sientan que pueden expresar sus opiniones y preocupaciones sin temor a represalias. Para ello, es muy importante haber hecho una selección acertada de las personas que lideran cada área. El ejercicio de un liderazgo inclusivo y alejado de sesgos potencia la creación de un entorno de seguridad.

La escucha activa y la comunicación bidireccional mejoran la resolución de conflictos al sentir la oportunidad de discutir y abordar cualquier problema pudiendo expresar los diferentes puntos de vista, sin necesidad de adherirse a la opinión mayoritaria. También promueve la innovación, gracias a recibir el aporte de ideas y sugerencias que pueden salirse del “know how” y abrir nuevas perspectivas y campos de acción.

Además, contar con las siguientes herramientas ayuda a poder escuchar sobre asuntos que quizás de otra manera quedarían ocultos bajo la incertidumbre. Para que sean eficaces deben de tener la posibilidad de ejercerse de manera anónima y que, por nimios que parezcan, los asuntos planteados que difieren de la generalidad sean tenidos en cuenta y se dé una respuesta razonada y abierta a la retroalimentación. Así, el feedback también será un elemento clave.

  • Buzón de sugerencias.
  • Canal de denuncia.
  • Encuesta de clima laboral con perspectiva de Diversidad, Equidad e Inclusión.
  • Encuesta de satisfacción y opinión a clientes y proveedores.

  Transparencia Activa (documentación relevante y actualizada)

Facilitar que cualquier persona pueda acceder a información relevante sobre intangibles, como la diversidad, la equidad y la inclusión, fortalece la imagen de marca transparente y genera confianza y adhesión. Algunos documentos que son importantes poner a disposición pública, y trabajarlos en caso de no contar con ellos, son:

  • Informe financiero y cuentas anuales.
  • Información organizacional. (Organigrama, personas responsables de área, comisiones existentes, ingresos de administradores/as y dirección, etc.)
  • Auditorías.
  • Estado de Información No Financiera (EINF).
  • Memoria de actividad.
  • Convenios signados.
  • Memoria de RSC.
  • Memoria de Sostenibilidad.
  • Plan de Igualdad.
  • Código Ético.
  • Código de Conducta.
  • Certificaciones Obtenidas.
  • Reconocimientos obtenidos.
  • Decálogo a favor de la Diversidad, Equidad e Inclusión.
  • Política Ambiental.
  • Política Buen Gobierno.
  • Información sobre la cadena de valor.
  • Cualquier otro de valor específico.

Estandarización de Procesos y KPIs

Con la estandarización de los procesos relativos a la transparencia conseguimos unificar la práctica con el objetivo de asegurar que todas las tareas, actividades y documentos que se generen se realicen de manera consistente, reduciendo la variabilidad en los resultados y aumentando la fiabilidad y la confianza.

Contar con un Consejo de Transparencia que revise y oriente la actividad relativa a este ámbito también es fundamental. Cuanto mayor diversidad exista en el mismo (rango de puestos, edad, género…) mucho mejor, así como la regularidad en su activación.

Además, una de las principales características de las empresas con una cultura de transparencia es la claridad. Realizar una buena identificación de los KPIs (Key Performance Indicator), que han de ser guías de nuestra acción, es indispensable.

Crear y mantener una cultura de transparencia es un proceso continuo y debe estar total y completamente integrado en la forma de comprender y de hacer en la empresa.

Si quieres conocer más sobre cómo desde el programa DIVEM podemos acompañarte en llevar a cabo una gestión de la diversidad cultural responsable, no dudes en contactar con nosotros y convertirte en una de las #EmpresasQueSuman.