Reducir las desigualdades, un paso necesario para conquistar la igualdad salarial

Recientemente se ha conmemorado el Día Internacional de la Igualdad Salarial, un día que pretende visibilizar la necesidad de reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres y lograr la igualdad de remuneración entre ambos géneros en todo el mundo.

Hoy todavía observamos grandes diferencias entre los salarios percibidos entre hombres y mujeres, unas desigualdades que todavía se acentúan aún más si añadimos la variable del origen.

Muestra de ello son los resultados obtenidos a través de la Encuesta Anual de Estructura Salarial correspondiente al año 2020 y que realiza el Instituto Nacional de Estadística. Los datos que de ella se desprenden ponen en evidencia la brecha salarial existente entre hombres y mujeres en nuestro país, la cual se sitúa en el 18,7 %. Unas diferencias que se hacen visibles en todas las actividades económicas en las que hay representación femenina, haciendo necesario poner en marcha políticas y acciones público-privadas que ayuden a reducir estas desigualdades con urgencia.

La encuesta también revela cómo la ganancia media de las personas trabajadoras varía en función de la nacionalidad y muestra diferencias de hasta 34 puntos entre la población española y la de origen extranjero. De esta manera, son las mujeres de origen africano las más afectadas por esta brecha, llegando al 39,55 % de diferencia respecto a las mujeres españolas y 51 % respecto a los hombres.

¿Qué factores pueden explicar esta brecha?

Si tenemos en cuenta que la remuneración entre hombres y mujeres se reduce si se consideran puestos de trabajo similares (misma ocupación, tipo de contrato, tipo jornada…) las causas que pueden originar esta brecha salarial están vinculadas a las desigualdades de género y al rol que se ha otorgado a las mujeres en relación a la cultura de cuidados y el hogar, unas diferencias que han marcado, en gran medida, la singularidad del empleo de las mujeres. Un empleo caracterizado por una mayor representación de la temporalidad y parcialidad de los contratos, mayores entradas y salidas del mercado laboral ligadas a su maternidad, ocupaciones peor remuneradas y valoradas…

Estos aspectos, en el caso de las mujeres de origen extranjero, se agudizan por la falta de redes de apoyo, la dificultad de homologar sus estudios, abocándolas a trabajos por debajo de su cualificación profesional, su representación en aquellos nichos laborales que han quedado vacíos por la incorporación de la mujer española al mercado laboral (cuidados de personas dependientes, limpieza…), prejuicios y estereotipos todavía existentes en nuestra sociedad en relación a las personas migrantes, etc.

El tejido empresarial tiene una oportunidad a la hora de contribuir a paliar y reducir estas desigualdades, apostando por la creación de entornos de trabajo que favorezcan la igualdad de oportunidades y no discriminación favoreciendo la inclusión laboral de aquellos colectivos más vulnerables como es el caso de las mujeres y en concreto las de origen extranjero. Cada vez son más las empresas que, sensibilizadas con su papel como agente de transformación social, están integrando medidas y acciones concretas dentro de sus políticas de igualdad y diversidad permitiendo a su vez nutrirse a su vez de todo este talento diverso.

Desde DIVEM ofrecemos ayuda y asesoramiento a las empresas que quieran sumarse a este reto a la hora de reducir las desigualdades entre hombres y mujeres desde una perspectiva intercultural.

¡Súmate a DIVEM!