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Los problemas de la apropiación cultural

Cuando hablamos de diversidad cultural en el entorno laboral, a todos y todas nos vienen a la mente las políticas para fomentar el acceso al empleo de personas que rompen con el patrón mayoritario en España. Nos referimos, entre otros muchos colectivos a personas musulmanas, población gitana, población afrodescendiente… esto es importante para normalizar el hecho de que la diversidad de la sociedad actual debe reflejarse también en el mundo de la empresa, para ver la diversidad como un rasgo que puede enriquecer y sumar, más que como algo negativo o que acarrea problemas.

Sin embargo, la diversidad cultural está más presente de lo que pensamos en nuestro día a día. En la era de la globalización, donde las fronteras las marcan los mercados, es prácticamente imposible vivir al margen de modas o tendencias que saltan de un lado al otro del mundo, de los influencers que ejercen su influencia en redes, en la publicidad o como imagen de diferentes marcas, o simplemente, del cine, las series u otros productos de consumo masivo.

¿Sabemos qué es la apropiación cultural? ¿Somos conscientes de la banalización que hacemos de símbolos o tradiciones pertenecientes a otras culturas? ¿Cómo aunar esa inspiración por lo étnico, por otras culturas o países… de una manera respetuosa con las mismas y las personas que las forman?

La apropiación cultural se produce cuando se separa a un colectivo de sus raíces, apropiándose de sus símbolos y tradiciones. Las voces disonantes saltaron no hace mucho con ejemplos que pueden resultar ridículos o nimios, como la moda de llevar la cabeza llena de trenzas (las llamadas cornrows, timini o también boxer braids, un peinado tradicional africano), pero en el mundo de la música y la moda los ejemplos son muy frecuentes, en ocasiones con consecuencias negativas para la marca, empresa o personaje en cuestión.

A veces la apropiación cultural se da de manera inconsciente, por ignorancia, pero no por ello es menos problemática. Hay quienes abogan como solución el ver cómo se involucra a la comunidad de origen en esa acción. ¿Incluye a artistas, creadores, artesanos… de esa comunidad? ¿Se la tiene en cuenta? ¿Se repiten estereotipos o prejuicios sobre esa comunidad? ¿Se respeta el uso o las tradiciones asociadas a sus símbolos, sus tradiciones, a su cultura? ¿La beneficia?

La gestión de la diversidad cultural es bastante similar, porque por desconocimiento se pueden cometer errores que pueden molestar a determinados sectores, perjudicar gravemente a la empresa y afectar a su imagen o gestión diaria. ¿Por qué no apostar por colaborar, trabajar conjuntamente e incluir a personas de diferentes culturas y perfiles en la empresa? ¿Por qué no ver en la diversidad cultural una herramienta de beneficio y enriquecimiento mutuo?